jueves, 12 de abril de 2012

Expiración del bienaventurado

Al fin Don Eleuterio murió. Tras semanas en cama, sus flacas facciones en gesto de perpetua perplejidad en aquel lugar frío que debía ser el otro mundo aparecían. Cerca rondaba un diablillo, entregándole un papel que decía: VIDA DE SANTO, MUERTE EN LA UMBRÍA; AHORA DISFRUTA DE LA OTRA VIDA.







Marzo de 2005.