viernes, 11 de septiembre de 2015

Política de empresa

-Ramírez, esta empresa necesita un cambio. Reúna de inmediato al consejo.

-¿Qué va a proponer, señor Leñoso?

-Llevamos mucho tiempo estancados. Tenemos las mismas ideas primitivas, iguales normas, jerarquía y principios que cuando comenzamos. La sociedad ha avanzado, rebasándonos y mirándonos cada vez con más recelo. Nuestra hipócrita estrategia está siendo analizada con lupa, es culpa de esta maldita crisis; la clase media empobrecida se da cuenta de nuestra fastuosidad, de nuestras arcas llenas, de nuestros jefes corruptos y de esta política rancia, que ya no encaja en el mundo.
Nuestro presidente, fiel a la causa pero tan continuista y retrógrado, desde luego que no ayuda a lavar nuestra imagen. De seguir así, estamos abocados al fracaso. Recuerde que sin adeptos ni socios, no somos nadie.

-¿Va a proponer un cambio de presidente?

-Sí, pero solo algo provisional, para salir del bache. Necesitamos un líder nuevo, fresco, charlatán, de bonitas y humildes ideas, que no pinte ni cambie nada en la empresa pero que convenza a las masas de que hemos evolucionado. El mundo tiene que creer que entendemos la situación de crisis, que somos buenos, que estamos con los más desfavorecidos. Quiero que el mundo piense “qué bueno es nuestro presidente, qué buena es nuestra empresa”.

-¿Se refiere a imitar lo que ha hecho la Iglesia con el papado?


-Veo que me capta, Ramírez, veo que me capta…