lunes, 27 de junio de 2011

Tarde de verano en la villa episcopal


¡Qué agradable es pasar una tarde de verano en compañía de un viejo amigo!

El lugar de reunión no podía ser más bonito: Astorga; y el reencuentro y los nuevos proyectos pactados son muy ilusionantes. Algún día, mortales absortos en la cotidianidad de vuestros quehaceres, sabréis de ellos.

Suerte que me había comido un gran bocadillo antes de la cita. Aun así, agradecí haberme despojado de mi gran mochila. Sólo por lo a gusto que quedó mi espalda liberada, te perdono que la foto haya quedado desenfocada.


Un abrazo, amigo.



martes, 21 de junio de 2011

¿Podemos vivir de los sueños?

Toda la vida es sueño y los sueños, sueños son -terminaba Segismundo en sus divagaciones.

No menos pensativo me levantaba yo hoy, tras varios días de vacaciones, largos descansos y no menos buenos sueños.
Cada día, un nuevo sueño "vivido", una aventura forjada en mi imaginación me hace levantarme satisfecho, como si realmente hubiese sucedido. Ya despierto, trato de retener los momentos, disfrutar del recuerdo del lance igual que si lo hubiese tocado con mis propias manos.

¿Qué diferencia hay entre algo vivido y algo soñado?
Al día siguiente sólo quedan recuerdos, y estos pueden ser ser igual de intensos o más cuando se trata de algo etéreo y forjado en nuestra imaginación que de algo físico. A tal punto llega el desconcierto, que en muchas ocasiones sólo estamos seguros de haber vivido algo "real" cuando nos tocamos esa cicatriz, o vemos la fotografía de ese lugar en el que hemos estado; mas yo he volado sobre ciudades, he tenido romances con las más bellas mujeres, he viajado al infierno, he peleado con seres de otros mundos que no han conseguido arrancarme las entrañas... y las fotografías que lo demuestran están todas en mi cabeza.

Tal vez la diferencia sea que el mismo agradable sueño es muy difícil que se vuelva a repetir, mientras que lo sucedido en la vida lo podemos volver a hacer. Y así nace el vicio...

jueves, 16 de junio de 2011

El pozo del olvido


A dónde van esos recuerdos del ayer,

Cartas sin botella mojadas en la orilla,

Fotos arrugadas con tinta corrida,

Eso que mi cabeza ya no puede traer.


Los amigos dicen que no se olvidan,

Se que son perennes como el ciprés,

Y aunque al añorarlos me de un revés,

Quiero pensar en ellos para que vivan.


Los recuerdos son espuma dorada,

Siempre en hondo lugar del océano,

Por olas eternamente llevada.


Quisiera mi cubo en pozo tirar,

Como pescador de aguas turbias,

Y los perdidos olvidos rescatar