martes, 21 de junio de 2011

¿Podemos vivir de los sueños?

Toda la vida es sueño y los sueños, sueños son -terminaba Segismundo en sus divagaciones.

No menos pensativo me levantaba yo hoy, tras varios días de vacaciones, largos descansos y no menos buenos sueños.
Cada día, un nuevo sueño "vivido", una aventura forjada en mi imaginación me hace levantarme satisfecho, como si realmente hubiese sucedido. Ya despierto, trato de retener los momentos, disfrutar del recuerdo del lance igual que si lo hubiese tocado con mis propias manos.

¿Qué diferencia hay entre algo vivido y algo soñado?
Al día siguiente sólo quedan recuerdos, y estos pueden ser ser igual de intensos o más cuando se trata de algo etéreo y forjado en nuestra imaginación que de algo físico. A tal punto llega el desconcierto, que en muchas ocasiones sólo estamos seguros de haber vivido algo "real" cuando nos tocamos esa cicatriz, o vemos la fotografía de ese lugar en el que hemos estado; mas yo he volado sobre ciudades, he tenido romances con las más bellas mujeres, he viajado al infierno, he peleado con seres de otros mundos que no han conseguido arrancarme las entrañas... y las fotografías que lo demuestran están todas en mi cabeza.

Tal vez la diferencia sea que el mismo agradable sueño es muy difícil que se vuelva a repetir, mientras que lo sucedido en la vida lo podemos volver a hacer. Y así nace el vicio...

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